Por Patrice Wendling

Colchicina, fármaco antiinflamatorio oral, puede prevenir complicaciones y hospitalizaciones en pacientes no hospitalizados con diagnóstico reciente de COVID-19, de acuerdo con un comunicado de prensa de los investigadores del estudio ColCORONA.

Después de un mes de tratamiento, hubo una reducción de 21% en el riesgo del criterio principal de valoración compuesto de muerte y hospitalizaciones que no alcanzó la significancia estadística, en comparación con placebo, en 4.488 pacientes externos que participaron en el estudio global de fase 3.

No obstante, después de excluir a 329 pacientes sin una prueba de reacción en cadena de polimerasa (PCR) confirmatoria, se informó que el uso de colchicina reduce significativamente 25% las hospitalizaciones, 50% la necesidad de ventilación mecánica y 44% las muertes.

«Consideramos que este es un avance médico. No se dispone de un tratamiento aprobado para prevenir las complicaciones de la COVID-19 en pacientes externos, para evitar su hospitalización», dijo a Medscape el investigador principal Dr. Jean-Claude Tardif, del Montreal Heart Institute en Quebec, Canadá.

«Sé que en varios países se analizarán los datos con mucha rapidez y en Grecia se aprobó el 24 de enero. Así que da esperanzas a los pacientes», comentó.

Tras el perjuicio ocasionado por hidroxicloroquina y otros fármacos propuestos, sin evidencia publicada en artículos bajo revisión por pares, la respuesta al anuncio fue atenuada por el deseo de más detalles.

Al pedirle su comentario, el Dr. Steven E. Nissen de la Cleveland Clinic Foundation, en Cleveland, Estados Unidos, se mostró cauteloso. «El comunicado de prensa sobre el estudio es vago y carece de detalles como hazard ratios, intervalos de confianza y valores de p, dijo a Medscape.

«Es imposible evaluar los resultados de este estudio sin estos detalles. También es dudosa la rigurosidad de la recolección de datos», añadió. «Necesitaremos ver el manuscrito para interpretar de forma adecuada los resultados».

Los datos del comunicado de prensa son difíciles de interpretar, pero la intervención temprana con tratamiento antiinflamatorio tiene considerable atractivo biológico en la COVID-19, dijo el Dr. Paul Ridker, maestro en salud pública, quien dirigió el estudio fundamental CANTOS sobre el fármaco antiinflamatorio canakinumab en contexto subsiguiente a infarto de miocardio y presidente del estudio ACTIV-4B, que en la actualidad investiga anticoagulantes y antitrombóticos en pacientes externos con COVID-19.

«La colchicina es económica y por lo general bien tolerada, y hasta ahora se ha comunicado que los beneficios evidentes son sustanciales», dijo a Medscape el Dr. Ridker, del Brigham and Women’s Hospital en Boston, Estados Unidos. «Estamos ansiosos por ver los datos completos lo más pronto posible».

El fármaco antigotoso y antirreumático de uso común tiene un costo de unos 26 centavos de dólar en Canadá y de entre 4 y 6 dólares en Estados Unidos. Como se informó con anterioridad, redujo el tiempo transcurrido hasta el deterioro clínico y la estancia hospitalaria pero no la mortalidad en el estudio griego de 105 pacientes GRECCO-19 (Estudio de los efectos de colchicina en la prevención de las complicaciones de COVID-19).

El Dr. Tardif dijo que espera contar con los datos para el dominio público y que actuaron con rapidez porque la evidencia era «clínicamente persuasiva» y «el sistema de salud ahora está congestionado».

«Recibimos los resultados el viernes 22 de enero a las 5 p.m., una hora más tarde estábamos en reuniones con nuestra junta de vigilancia de seguridad de datos,  2 horas más tarde emitimos un comunicado de prensa, y un día después estábamos enviando un manuscrito completo a una revista científica importante; no sé si alguien ha hecho esto con esta rapidez», dijo. «Así que estamos muy orgullosos de lo que hicimos».

ColCORONA fue diseñado para incluir 6.000 pacientes externos de un mínimo de 40 años de edad, a los que se diagnosticó COVID-19 en las últimas 24 horas y que tenían por lo menos un criterio de alto riesgo, es decir, edad mínima de 70 años, índice de masa corporal ≥30 kg/m2, diabetes, hipertensión no controlada enfermedad respiratoria documentada, insuficiencia cardiaca o coronariopatía, fiebre ≥38,4°C en las últimas 48 horas, disnea al acudir a atención médica, bicitopenia, pancitopenia o la combinación de un elevado recuento de neutrófilos y un bajo recuento de linfocitos.

Los participantes fueron aleatorizados para recibir placebo o colchicina en dosis de 0,5 mg dos veces al día durante 3 días y luego una vez al día por otros 27 días.

El número necesario para prevenir una complicación de COVID-19 fue de unos 60 pacientes, dijo el Dr. Tardif.

Colchicina fue bien tolerada y dio lugar a menos efectos adversos graves que el placebo, dijo. La diarrea se presentó con más frecuencia en pacientes asignados a colchicina, pero no hubo aumento de casos de neumonía. Sin embargo se ha de tener cautela en el tratamiento de pacientes con nefropatía grave.

Tardif dijo que no prescribiría colchicina a un paciente de 18 años de edad con COVID-19 que no tuviera alguna enfermedad concomitante, pero que lo haría a quienes cumplieran el protocolo del estudio.

«Mientras me parezca que un paciente está en riesgo de una complicación, lo prescribiría sin duda», dijo. «Puedo decirles que cuando tuvimos la reunión con la junta de vigilancia de seguridad de datos el viernes por la noche, a cada miembro de la junta le pregunté, ‘si se tratara de usted, no que estuviese tratando a un paciente, sino que usted tuviera COVID-19 hoy día, ¿lo tomaría con base en los datos que ha visto?’ y todos los miembros de la junta de vigilancia de seguridad de datos afirmaron que lo harían.

«Por consiguiente, tendremos el debate en el dominio público cuando se publique el artículo, pero creo que la mayoría de los médicos lo utilizará para tratar a sus pacientes».

El estudio fue coordinado por el Montreal Heart Institute y financiado por el gobierno de Quebec; el National Heart, Lung and Blood Institute del US National Institutes of Health; la filántropa de Montreal Sophie Desmarais; y el COVID-19 Therapeutics Accelerator respaldado por Bill & Melinda Gates Foundation, Wellcome y Mastercard. CGI, Dacima y Pharmascience of Montreal también fueron colaboradores.

En: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5906503