Este domingo 7 de julio de 2024, en Caracas, se celebra la Marcha del Orgullo un evento que más allá de su connotación festiva, representa una manifestación crucial en la lucha por los derechos humanos. Esta marcha no es solo para la comunidad LGBTQ+, sino para todos aquellos que creen en la igualdad, la justicia y la dignidad de cada ser humano.
La Marcha tiene sus raíces en los disturbios de Stonewall de 1969, un punto de inflexión en la historia de los derechos LGBTQ+. Sin embargo, la relevancia de este evento trasciende la conmemoración histórica.
Salimos a las calles para reafirmar que los derechos humanos no son negociables, que cada persona merece vivir con libertad y sin temor a la discriminación o la violencia.
En Venezuela, se despenalizó la homosexualidad en una reforma del Código Penal en el año 1997, pero todavía hay un largo camino por recorrer, en términos de derechos y protección. No hay reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, ni leyes específicas contra la discriminación basada en la orientación sexual o identidad de género. Las parejas del mismo sexo no tienen el derecho de adoptar, y las protecciones laborales específicas son inexistentes. Estos vacíos legales perpetúan la marginación y la desigualdad.
Los derechos humanos son universales. Defender los derechos de las personas LGBTQ+ es defender los principios básicos de igualdad y justicia que son esenciales para cualquier sociedad justa. No es necesario ser homosexual para reconocer la importancia de estos derechos y unirse a la causa. Todos los que creen en la igualdad y la dignidad deben sentirse convocados a participar.
La visibilidad es una herramienta poderosa. Cada persona que marcha envía un mensaje claro: estamos aquí, somos visibles, y nuestros derechos importan. La presencia masiva en la Marcha del Orgullo muestra a aquellos que aún dudan, que la discriminación y el odio no tienen cabida en nuestra sociedad. Es una oportunidad para expresar emociones, para sentir el poder de la comunidad y para exigir cambios concretos en nuestras leyes y en nuestra cultura.
Este es un momento para demostrar solidaridad, para apoyar a amigos, familiares, colegas y desconocidos que forman parte de la comunidad LGBTQ+. Su presencia es un acto de amor, de apoyo y de compromiso con una causa que es justa y necesaria.
La Marcha del Orgullo es mucho más que una celebración. Es una manifestación de principios fundamentales y un llamado a la acción.
Mañana, alzamos nuestras voces no solo para recordar el pasado, sino para construir un futuro más equitativo. En Venezuela, y en todo el mundo, la lucha continúa, y cada persona que marcha fortalece la demanda de un mundo donde todos puedan vivir con libertad y dignidad. Acompáñenos, porque la igualdad no puede esperar y los derechos humanos son innegociables.