En: http://blogs.lavanguardia.com/planeta-solidario/2020/04/07/dia-mundial-de-la-salud-el-coronavirus-si-afecta-a-la-infancia-sobre-todo-a-la-mas-vulnerable-70546/

Por Eloisa Molina, Coordinadora de Comunicación de World Vision

El coronavirus es una enfermedad terrible y mortal. Las últimas semanas han sido aterradoras para muchos de nosotros, incluso para aquellos del sector de ayuda humanitaria, que siguen trabajando incansablemente para entregar equipos y suministros a hospitales y familias vulnerables. En muchas regiones las personas a las que ayudamos incluyen a nuestros vecinos, incluso a nuestras propias familias. Es un momento sin precedentes.

Y aunque los niños y niñas se han librado en gran medida del peor impacto físico del virus, siguen siendo increíblemente vulnerables a los efectos secundarios de la enfermedad. ¿Qué les sucede a los niños y niñas cuyos padres se enferman o mueren? ¿O a aquellos cuyos cuidadores pierden sus trabajos, impidiéndoles llevar comida a la mesa? El COVID-19 no discrimina. Sabemos que las personas mayores y con afecciones médicas previas corren mayor riesgo, pero los niños y niñas también se verán afectados. No podemos obviar a este sector de la población.

¿De qué efectos estamos hablando?

-Deterioro de la salud física y mental, pues el acceso a la atención médica para niños y niñas con otras enfermedades como la tuberculosis, la malaria o enfermedades diarreicas podría no estar disponible o retrasarse.

-Desafíos sin precedentes para contextos frágiles ante la falta de recursos para menores y familias desplazados por la fuerza.

-Aumento de los riesgos de protección infantil: muchos niños y niñas se verán obligados a acudir a métodos de supervivencia como el trabajo infantil, la explotación sexual o el matrimonio infantil.

-El cierre de escuelas significa que  pierden la educación y la seguridad que les ofrece la escuela. Para muchos, incluso es su principal fuente de alimentación.

-Pérdida de ingresos y medios de vida familiares que conllevará una situación de inseguridad alimentaria.

Si este impacto en los niños no fuera lo suficientemente grave, el COVID-19 también presenta desafíos sin precedentes para ONG como la nuestra. Las restricciones de movimiento nos impiden continuar con nuestra rutina habitual de asistencia alimentaria y otros suministros que salvan vidas en poblaciones desplazadas y afectadas por conflictos.

El impacto en la salud mental de toda una generación de niños

Es posible que no conozcamos el alcance total de esta catástrofe durante algún tiempo, pero sí sabemos esto: los niños y las niñas están sufriendo. Los sentimientos de ansiedad, desconfianza hacia los demás y miedo a contraer el virus son comunes. La información errónea y los rumores sobre la creciente amenaza que representa el virus empeoran la ansiedad. La restricción del movimiento, aunque es crucial para frenar la propagación de la enfermedad, significa que muchas familias quedan aisladas.

La Sociedad China de Psicología publicó hace unas semanas un estudio que revela que casi la mitad de todos los encuestados (el 42%) se sentía ansioso, y de cada 5.000 personas que participaron en una prueba de trastorno de estrés postraumático, más de una quinta parte tenía síntomas obvios. Es probable que los niños que viven con padres estresados compartan la carga de estrés y corren un mayor riesgo de mecanismos negativos de afrontamiento, como el comportamiento violento y el abuso de sustancias.

Las necesidades psicológicas de las familias y los niños son tan importante como su salud física, y por tanto debe estar en el centro del trabajo de organizaciones de ayuda humanitaria.

En conjunto con el Instituto de Psicología de la Academia de Ciencias de China, país en el que muchos menores están cerca de cumplir los 3 meses de aislamiento, estamos ayudando a capacitar a los maestros, para que puedan proporcionar salud mental y apoyo psicosocial de calidad a los niños. Les estamos enseñando a identificar signos de angustia psicológica y social, incluidos problemas de comportamiento y emocionales, y cómo cuidar a los niños que sufren estigma como resultado de la crisis. Nuestro personal también está capacitando a maestros en habilidades de primeros auxilios psicosociales y mecanismos de afrontamiento positivos, y lanzando actividades para promover la buena salud mental. También estamos implementando sistemas para que los niños que sufren de estrés agudo sean identificados y remitidos a profesionales para su seguimiento.

Sin embargo, nuestro trabajo no termina ahí. Estamos colaborando con trabajadores sociales, cuyo papel es crucial en un momento como este. Nos estamos preparando para ofrecer capacitación en apoyo psicosocial a los niños y sus familias, particularmente a aquellos que tienen síntomas de trauma después de la cuarentena, la separación de sus seres queridos o la exposición a condiciones o situaciones de estrés severo. Los trabajadores y trabajadoras sociales también recibirán asistencia en el asesoramiento y la derivación a servicios especializados, según sea necesario.

Para ayudar a los niños que pueden haber estado expuestos a la violencia como resultado del coronavirus, colaboramos con los trabajadores de bienestar infantil, equipándolos para identificar amenazas de protección infantil, como trabajo infantil o explotación, y con las familias y gobiernos locales para apoyar a aquellos que lo necesitan.

Esta es una situación sin precedentes, pero la experiencia de World Vision en el manejo de crisis sanitarias, como el ébola o el VIH, nos da herramientas para garantizar la protección de los niños vulnerables, donde sea que vivan.