La mujeres embarazadas con COVID-19 suelen ser asintomáticas, y casi nueve de cada 10 solo tendrán enfermedad leve, de acuerdo con un nuevo estudio de 43 casos tratados en dos hospitales de Nueva York, Estados Unidos.[1]

La Dra. Noelle Breslin, del Columbia University Medical Center, y sus colaboradores, previamente habían informado sobre una serie de casos de siete pacientes. El nuevo estudio incluye a todas las mujeres gestantes con COVID-19 tratadas en el Columbia University Medical Center y en el New York Presbyterian Hospital entre el 13 y el 27 de marzo.

Durante las epidemias de síndrome respiratorio agudo grave e influenza A H1N1, las mujeres embarazadas tenían más riesgo de agravarse y morir, señalan los autores en American Journal of Obstetrics and Gynecology MFM.

Para comprender mejor cómo la infección por SARS-CoV-2 afecta a embarazadas, analizaron los registros médicos de 43 pacientes con COVID-19 confirmada, entre ellas, 18 que dieron a luz.

Del 13 al 21 de marzo se hicieron pruebas de COVID-19 a las embarazadas si tenían síntomas, contactos documentados con personas infectadas o viajes recientes. Del 22 de marzo en adelante los hospitales establecieron pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en general para SARS-CoV-2.

Veintiuna de las 43 pacientes fueron hospitalizadas; tres por síntomas de COVID-19 y 18 por motivos obstétricos, mientras que 22 parecían estables y se trataron de forma ambulatoria.

Treinta y siete (86%) tuvieron enfermedad leve; cuatro (9,3%) enfermedad grave, y dos (4,7%) se reportaron muy graves; 29 tuvieron síntomas, los más frecuentes fueron tos seca, fiebre y mialgias.

Entre las pacientes sintomáticas 25 (86,2%) fueron dadas de alta a su domicilio y cuatro fueron hospitalizadas por causas obstétricas después de que se agravaron sus síntomas.

Catorce pacientes con COVID-19 estuvieron asintomáticas, incluidas dos que se habían presentado para inducción del parto. Estas dos mujeres presentaron complicaciones después del parto. Una se había dado de alta y la otra permanecía en el hospital recibiendo tratamiento de apoyo. Los lactantes fueron negativos para COVID-19.

Cuatro de las 12 pacientes restantes que al principio no tuvieron síntomas permanecieron asintomáticas, mientras que ocho desarrollaron fiebre en el hospital.

Ocho de las 18 mujeres que dieron a luz se sometieron a operaciones cesáreas, mientras que las restantes tuvieron parto vaginal sin complicaciones.

Los 18 lactantes tuvieron puntuaciones de Apgar de un mínimo de 7 a un minuto y de un mínimo de 9 a los cinco minutos, señalan los autores, y resultaron negativos en las pruebas para COVID-19, excepto uno. Este lactante tuvo un resultado de prueba indeterminado y se supone que es negativo; se le efectúa seguimiento en la clínica de COVID-19 para recién nacidos del hospital.

Tres de los lactantes requirieron ingreso a una unidad de cuidados intensivos neonatales, pero todos finalmente se dieron de alta a su domicilio.

«Consideramos que una estrategia que incluya pruebas universales de todas las embarazadas ingresadas en la unidad de trabajo de parto, además de las que se presentan para evaluación selectiva de manifestaciones sintomáticas, tiene beneficios evidentes que aportarán información para implementar los procedimientos óptimos que protejan a pacientes, sus familias y los profesionales obstétricos que las atienden», escriben los autores. «Se requiere más investigación para comprender la verdadera magnitud de los riesgos y mejorar el tratamiento».


En: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5905374