En 1991 el inmunólogo italiano besó a una joven con VIH delante de los medios de comunicación, desmontando el falso mito de que el virus se transmitía a través de la saliva

Irene González-Higuera

Besar, acariciar o abrazar no tienen ningún tipo de riesgo para el VIH. Esta afirmación sobre el virus de la inmunodeficiencia humana que ahora nos parece tan obvia, hace 30 años no lo era. A finales de los 80 y principios de los 90 las personas que tenían VIH eran tachadas de peligro público incluso por la propia Organización Mundial de la Salud. Se creía que el virus podía transmitirse por el contacto más simple y besarse con una persona contagiada significaba prácticamente firmar una sentencia de muerte.En medio de toda esa maraña de información falsa, un médico inmunólogo italiano llamado Fernando Aiuti se negaba a dejar de lado a los pacientes que acudían a su consulta asustados tras un diagnóstico seropositivo. Dedicó toda su vida a investigar acerca del VIH intentado encontrar una posible cura. Su hijo Simone Aiuti contaba en un documental de RAI Storia, que la primera vez que él oyó hablar del VIH tendría unos 12 años y su padre le pidió que no se acercara al frigorífico de casa porque allí guardaba probetas con el virus para poder seguir investigando.

El Dr. Fernando Aiuti en su laboratorio (Foto: Università di Roma)Ampliar

Por desgracia, el Dr. Aiuti jamás consiguió dar con su ansiada cura para el VIH, pero sí algo igualmente importante: terminar con el estigma que había alrededor de los besos.

Un 2 de diciembre de 1991, Fernando Aiuti acudió a un Congreso Nacional de VIH que se celebraba en Cagliari, Cerdeña. Aquella mañana el periódico «Il Mattino di Napoli» abría su portada con el siguiente titular: «El VIH se transmite con la saliva«.

El inmunólogo no podía permitir que una información que según sus propias investigaciones era falsa y que aumentaba el estigma alrededor de las personas enfermas con el virus de la inmunodeficiencia humana, siguiera corriendo como la pólvora. Por eso, fue a buscar a Rosaria Lardino, una joven de 25 años que llevaba desde los 17 enferma.

Pensando y debatiendo sobre cuál debería ser su siguiente paso, uno de los dos comentó que la única posibilidad que tenían para acabar con el mito era besarse. Lo que empezó como una broma terminó convirtiéndose en realidad: Fernando y Rosaria se besaron delante de los medios de comunicación que habían acudido al congreso.

El histórico beso entre el Dr. Fernando Aiuti y Rosaria Lardino, enferma de VIH (1991)Ampliar

Ambos sabían que aquella imagen acallaría las fake news, pero también que levantaría polémica. Fernando Aiuti no solo fue tachado de loco e inconsciente, sino que además le acusaron de desinformar a la población sobre el verdadero peligro que suponía compartir saliva con un enfermo de VIH.

Sin embargo, tanto la fotografía como la noticia de que el doctor no se había contagiado dieron la vuelta al mundo. Un acto tan simple como un beso acabó convirtiéndose en un arma poderosísima para cambiar a percepción hasta entonces se había tenido VIH.

Pasados los años doctor y paciente volvieron a reunirse para compartir una cena y él comentó «cuando muramos, seremos recordados por ese beso». Tenía razón. Fernando Aiuti fallecería en 2019 a los 84 años apodado para siempre como el «científico del amor«.