Hidroxicloroquina no reduce el riesgo de infección en personas expuestas a pacientes con COVID-19 confirmada, de acuerdo con los datos de un estudio de prevención aleatorizado, a doble ciego, controlado con placebo.[1]

En el estudio se reclutó a 821 participantes asintomáticos de múltiples centros en Estados Unidos y Canadá. El Dr. David R. Boulware, maestro en salud pública, de la University of Minnesota en Mineápolis, Estados Unidos, y sus colaboradores publicaron sus hallazgos en The New England Journal of Medicine.

Los resultados son los últimos entre varios estudios que muestran resultados negativos para hidroxicloroquina en el contexto de COVID-19.

Los investigadores reclutaron a adultos que estuvieron expuestos a una persona con COVID-19 confirmada a una distancia menor de 1,8 m durante más de 10 minutos en el domicilio o en el trabajo.

Al cabo de cuatro días de exposición, los participantes fueron aleatorizados para recibir placebo o hidroxicloroquina (800 mg una vez al día, seguidos de 600 mg cada 6 a 8 horas y luego 600 mg diariamente por cuatro días más). El criterio de valoración principal del estudio fue la presentación de la enfermedad confirmada mediante laboratorio o enfermedad con síntomas compatibles con COVID-19 al cabo de 14 días.

En general, 719 de los 821 participantes (87,6%) tuvieron una exposición de alto riesgo a una persona con COVID-19 confirmada, definida como exposición mientras no utilizaban una mascarilla ni protección ocular.

La frecuencia de la nueva enfermedad compatible con COVID-19 no fue significativamente diferente entre los que recibieron hidroxicloroquina (49 de 414; 11,8%) y los que recibieron placebo (58 de 407; 14,3%); la diferencia absoluta fue de -2,4 puntos porcentuales (intervalo de confianza de 95%: -7,0 a 2,2; p = 0,35).

Sin embargo, los efectos secundarios fueron más frecuentes entre los participantes del grupo con hidroxicloroquina frente a placebo (40,1% frente a 16,8%), aunque no se notificaron reacciones adversas graves.

En un editorial adjunto el Dr. Myron S. Cohen, del Institute for Global Health and Infectious Diseases en la University of North Carolina en Chapel Hill, Estados Unidos, señala que la consulta de clinicaltrials.gov el 1 de junio mostró 203 estudios sobre COVID-19 con hidroxicloroquina, 60 de los cuales se enfocaban en la prevención.[2]

Plantea la duda de si los resultados del Dr. Boulware y sus colaboradores deberían afectar los estudios sobre hidroxicloroquina que se están realizando o planeando. Pero dados los problemas metodológicos del estudio (muchos identificados por los propios investigadores) el Dr. Cohen concluye que los nuevos datos son más «provocativos» que «definitivos».

Algunas de sus críticas señalan que los métodos del estudio no permitieron una prueba congruente de exposición al SARS-CoV-2 o confirmación sistemática de laboratorio de cuáles personas estuvieron expuestas a una infección por SARS-CoV-2.

«De hecho, es baja la especificidad de los síntomas de COVID-19 referidos por los participantes en el estudio, por lo que es difícil tener la certeza de cuántos de ellos realmente tenían COVID-19. El cumplimiento de las intervenciones no se pudo monitorear y los participantes refirieron un cumplimiento imperfecto, lo cual fue más notable en el grupo que recibió hidroxicloroquina».

También hizo notar que las personas reclutadas eran jóvenes, con una mediana de edad de 40 años, y tenían menos trastornos subyacentes que las personas con más probabilidades de presentar COVID-19.

«Aún no se han determinado los beneficios de la prevención potencial de la hidroxicloroquina», concluye el Dr. Cohen.