Por Dr. Andrew L. Beam, Dr. Jeffrey M. Drazen, Dr. Isaac S. Kohane, Dr. Tze-Yun Leong.

La inteligencia artificial (IA) ha ganado protagonismo público recientemente con la publicación de modelos de aprendizaje profundo que pueden generar cualquier cosa, desde arte hasta trabajos académicos, con una intervención humana mínima. Este avance ha reactivado el debate sobre el papel actual y potencial de la IA en todos los aspectos de la vida. Sin embargo, entre la amplia gama de campos con posibles aplicaciones de la IA, la medicina destaca como uno en el que existe un enorme potencial junto con retos igualmente sustanciales. En la revista estamos asistiendo a un rápido aumento del número de manuscritos que tratan algún aspecto de la IA aplicada a la medicina. Dado este enorme interés, hemos publicado en este número de la Revista los primeros artículos de una nueva serie, AI in Medicine, que considerará tanto los papeles razonablemente establecidos como los posibles y crecientes de la IA y las tecnologías de aprendizaje automático en todos los aspectos de la salud y la atención sanitaria. Además, para profundizar en nuestro compromiso con esta área, también anunciamos el lanzamiento en 2024 de una nueva revista, NEJM AI (ai.nejm.org. opens in new tab), que tiene como objetivo proporcionar un foro para la evidencia de alta calidad y el intercambio de recursos para la IA médica junto con debates informados sobre su potencial y limitaciones.
Como revista médica, nos enfrentamos a dos nuevos retos de publicación para NEJM AI. El primero es la amplitud de las aplicaciones potenciales de la IA. Prácticamente no existe ningún ámbito de la medicina y la asistencia sanitaria que no se esté viendo afectado por la IA. Por ejemplo, existen aplicaciones basadas en IA para capturar el dictado de notas médicas; muchas de estas aplicaciones intentan sintetizar las entrevistas con los pacientes y los resultados de las pruebas de laboratorio para redactar notas directamente, sin intervención del clínico. La IA está desempeñando un papel cada vez más importante en la cobertura de los seguros sanitarios, ayudando a los cuidadores a presentar reclamaciones y a los pagadores a adjudicarlas. Ya hemos visto muchos informes publicados que utilizan la IA para interpretar imágenes: radiografías, histología y fondo de ojo. Cada vez se utilizan más herramientas que emplean la IA para analizar e interpretar grandes bases de datos de investigación que contienen información que va desde hallazgos de laboratorio hasta datos clínicos. Todas estas herramientas ofrecen la posibilidad de aumentar la eficacia y, tal vez, de aportar información difícil de obtener con métodos de análisis de datos más tradicionales. Sin embargo, los nuevos métodos de IA no son necesariamente una panacea; pueden ser frágiles, funcionar sólo en un ámbito limitado y tener sesgos incorporados que afecten desproporcionadamente a los grupos marginados. Este abanico de aplicaciones de la IA requiere un grupo diverso de autores, editores y revisores, aunque el grupo de personas con los conocimientos apropiados es todavía relativamente pequeño.