S. Moreno Vie

Las infecciones por el nuevo coronavirus se están concentrando entre la población más joven, y si bien en la mayoría de los casos estas personas son asintomáticas, también se pueden producir casos en los que la Covid-19 resulte grave.

Así lo advierten especialistas desde los hospitales en Barcelona, donde se registra una situación epidemiológica preocupante, con evidencias de transmisión comunitaria, al igual que en Zaragoza, y tendencia al alza de los nuevos contagios, tal como destacó ayer en rueda de prensa María José Sierra, directora adjunta del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).

También en esa rueda de prensa, Sierra informó del aumento de 971 nuevos casos detectados en las 24 horas previos, de los que 415 se concentraron en Aragón y 182, en Cataluña. La epidemióloga recordó la mayoría son casos leves y que la edad media de los positivos se sitúa en los 45 años.

Este retrato coincide con lo observado en los hospitales: la experiencia en UCI y hospitales indica que si la edad media de los pacientes ingresados en planta en los meses duros de la pandemia se encontraba en unos 60 años, ahora los enfermos hospitalizados tienen una edad media cercana de los 50 años.

En las última dos semanas, informa el Hospital del Mar, la edad media de los pacientes ingresados es de 50 años, casi todos con neumonía. La mayoría (26) se encuentran en planta, y solo cuatro están hoy en vigilancia intensiva.

Así lo observa también Alex Soriano, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona “Ahora tenemos ingresada a gente más joven, si bien son muy pocos los que requieren tratamiento en UCI”.

Según informa el Departamento de Salud de la Generalitat de Calaluña, hoy son 65 los pacientes considerados de gravedad en los hospitales de la comunidad.

La percepción de Rafael Máñez, jefe de Medicina Intensiva del Hospital de Bellvitge, uno de los centros próximo a zonas afectadas por los rebrotes, es que se están incrementando los ingresos –“en una semana hemos pasado de ocho a veinte pacientes ingresados”- y tienen menor edad de las que se vieron durante la pandemia.

Ambos especialistas coinciden es que también son enfermos con un mejor pronóstico, en línea a lo que ya se ha vivido en la primera ola pandémica. “Los pacientes jóvenes en principio tienen mejor pronóstico que los mayores”, recuerda Soriano. “No veo ninguna diferencia con respecto a lo que ya veíamos en meses anteriores”. No obstante, incide en el hecho de que un paciente con 40 años hospitalizado por neumonía es “algo anómalo”.

Aunque en general la evolución de los jóvenes con Covid-19 suele ser favorable, también se pueden dar casos de especial gravedad. “Los jóvenes no son indemnes al virus”, apostilla Máñez. También las personas sin “patologías previas”, destaca.

De hecho, lo que subyace a estas observaciones epidemiológicas es la cuestión de por qué hay personas jóvenes, y no tan jóvenes pero sanas, que sufren las peores formas de la enfermedad por SARS-CoV-2, mientras otros pasan la infección casi sin darse cuenta. Esto es algo para lo que los científicos aún no tienen respuesta.

“Mi opinión, y lo que estamos estudiando, es que el grupo sanguíneo y el patrón de anticuerpos asociado de cada individuo puede influir en la susceptibilidad a contraer la infección y en su posterior gravedad, como ya ha sugerido un reciente estudio en The New England”, apunta Máñez, que ya está analizando, dentro de un proyecto de investigación, muestras serológicas de pacientes con este objetivo.