Altas dosis orales de colecalciferol o vitamina D3 (10.000 UI durante 14 días) a pacientes con neumonía por covid-19 y con deficiencia de este elemento, podría reducir la inflamación que origina la enfermedad y restaurar el sistema inmunológico.

Por Raquel Serrano

No es la primera vez, desde que comenzó la pandemia por SARS-CoV-2, que se ha puesto de manifiesto la potencial utilidad de la vitamina D para la prevención y/o recuperación de los pacientes más graves afectados por la covid-19. Son numerosos los estudios que han puesto de relieve la relación entre niveles bajos de vitamina D y mayor tasa de positividad a la covid-19, frente a los pacientes que presentan niveles suficientes de vitamina D.

Además, cada vez existen más datos entre la asociación de niveles bajos de vitamina D y la severidad clínica de la neumonía por esta enfermedad viral. “La evidencia científica disponible apunta a que, de alguna forma, la vitamina D puede influir de manera positiva en el daño inflamatorio que produce la covid-19, gracias a su papel en el sistema inmune”, indica a DM Miguel Cervero Jiménez, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés, en Madrid, y promotor del estudio fase III COVID-19 HUSO, en cuyo desarrollo participan los equipos de José Sanz Moreno, del Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares; Daniel López Wolf, de la Fundación Alcorcón; Pablo Ryan Murua, del Infanta Leonor, así como Mayte Coiras, del Centro Nacional de Microbiología, del Instituto de Salud Carlos III, todos en Madrid.

El trabajo pretende confirmar si la administración oral de altas dosis de vitamina D3 (colecalficerol), junto con el tratamiento estándar, podría servir de cerco farmacológico al daño inflamatorio que origina la covid-19 y, en cierta medida, modular el sistema inmunológico, en pacientes con neumonía originada por covid-19. Esta forma de vitamina es la que cuenta más evidencia científica publicada, ya que la mayoría de los ensayos clínicos mundiales en covid-19 emplean vitamina D3 (colecalciferol).

Su objetivo es proporcionar estimaciones del incremento de los niveles de Vitamina D en pacientes adultos con niveles bajos de vitamina D, que requieran hospitalización o ya hospitalizados, diagnosticados de neumonía por covid-19.

Se contempla además la evolución de la enfermedad, el ingreso en UCI y la tasa de mortalidad, además de un detallado estudio de distintos parámetros inmunológicos que se realizará en la Unidad de Inmunopatología del Centro Nacional de Microbiología.

PREGUNTA. ¿Qué perfiles de pacientes se analizan y cuáles son los primeros datos, sobre variaciones metabólicas o inmunológicas, observados?

RESPUESTA. En la actualidad se han incluido 57 participantes -todos con deficiencia de vitamina D como requisito para entrar en el estudio-, de los cuales 27 se han reclutado en el Hospital Severo Ochoa. Su mediana de edad es de 62 años y el 81,46% son hombres. En el momento del reclutamiento, el 50% de los pacientes presentaban insuficiencia respiratoria, con saturación de oxígeno del 92%, y neumonía bilateral en el 83,96% de los casos. Presentaban deficiencia de vitamina D (17 ng/ml) y elevación significativa de los parámetros inmuno-metabólicos que indican inflamación como son LDH, PCR, D-dímero y ferritina. En este contexto, nuestra hipótesis es que la vitamina D restauraría el sistema inmunitario al producir un aumento de citocinas anti-inflamatorias como la interleucina-10 (IL-10), así como el número de linfocitos T reguladores que pueden controlar la potencia de la respuesta inmune.

P. ¿Por qué se ha elegido colecalciferol (vitamina D3) frente a otras formas de vitamina D?

R. Para el tratamiento del déficit de vitamina D en España disponemos de preparados de vitamina D3 (colecalciferol), 25(OH)D3 (calcifediol), 1,25(OH)2D3 (calcitriol) y 1α(OH)D3 (alfacalcidiol). La 1,25(OH)2D3 y la 1α(OH)D3 tienen una vida media corta y, al ser metabolitos activos, su toma supone un mayor riesgo de hipercalcemia, por lo que no se recomiendan para el tratamiento habitual del déficit de vitamina D. Debemos tener en cuenta que la vitamina D3 y la 25(OH)D3 no son equipotentes. La 25(OH)D3 es más hidrofílica, tiene una vida media más corta, más rápida en su comienzo de acción y es de 3 a 6 veces más potente para elevar las concentraciones séricas de 25(OH)D3.

Según la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF), las formas hidroxiladas, aunque comercializadas en algún país, no se deberían utilizar como un sustituto de la adecuada ingestión de vitamina D3 (colecalciferol). Si tenemos en cuenta las diferencias entre ambos productos (colecalciferol y calcifediol), el perfil de seguridad de la vitamina D3 (colecalciferol) ofrece la ventaja de poder realizar un tratamiento empírico al menos a la población de riesgo y reducir así el número de determinaciones a partir de tener en cuenta algunas consideraciones en relación con esta vitamina:  da lugar a niveles plasmáticos más estables, predecibles y mantenidos en el tiempo; cuenta, a diferencia del calcifediol, con un mecanismo específico de retroalimentación en su hidroxilación hepática, que evita la actividad excesiva de la vitamina D y permite que el tratamiento pueda realizarse tanto de forma semanal o mensual; la ingestión de 4.000 UI/día de vitamina D3 (colecalciferol) en población general y de manera crónica es segura, ya que no hay evidencia de hipercalcemia, ni de hipercalciuria, ni de ningún otro efecto adverso observado, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, encargada de establecer los límites máximos de ingestión crónica de nutrientes. Sólo los pacientes con disfunción hepática grave o insuficiencia renal crónica requieren el empleo de metabolitos activos de vitamina D.

P. ¿Con la fase III del ensayo, qué resultados se espera alcanzar?

R. Intentamos demostrar que el cuadro inflamatorio provocado por covid-19 necesita altas dosis de vitamina D durante un corto periodo de tiempo para normalizar los niveles plasmáticos y así colaborar en la restauración de la respuesta inmune a niveles basales.

P. ¿En condiciones normales, qué cifras o niveles de vitamina D son las adecuadas para el organismo? ¿La población española tiene carencias de este elemento?

R. Sociedades científicas nacionales, como la Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM), e internacionales, Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF), la Asociación Americana de Endocrinología Clínica (AACE), la Sociedad de Endocrinología (ES20) y la Fundación Nacional de Osteoporosis (NOF21), han acordado que las necesidades óptimas de colecalciferol son las que permiten mantener unos niveles séricos en torno a 30 ng/ml. La razón de establecer este punto de corte radica en que a partir de este nivel se consigue la máxima absorción intestinal de calcio y, por consiguiente, unos niveles más bajos de hormona paratiroidea (PTH), lo que minimiza el riesgo de hiperparatiroidismo secundario y, por tanto, de resorción ósea.

La deficiencia de vitamina D se ha convertido en un problema de salud pública mundial, ya que afecta a más de la mitad de la población 

La deficiencia de vitamina D se ha convertido en un problema de salud pública en todo el mundo y afecta a más de la mitad de la población. En España, la insuficiencia/deficiencia de vitamina D se ha descrito en todas las edades y en ambos sexos.

P. El estudio alude a la administración de dosis elevadas ¿Cuáles serían en comparación con las que se consideran normales?

R. Las dosis consideradas altas para el estudio son 10.000 UI. En un tratamiento de hipovitaminosis D pueden utilizarse de inicio 25.000 UI de vitamina D3 (colecalciferol) a la semana durante los primeros meses para recuperar los niveles de vitamina D, y continuar con un mantenimiento con 25.000 UI de colecalciferol mensual o quincenal. La IOF y la ES recomiendan en la población de riesgo y en osteoporosis mantener una ingestión de 1.500-2.000 UI de colecalciferol/día (equivalentes a 25.000UI de colecalciferol quincenal).

P. Si la actividad se confirma, ¿en pacientes con neumonía por covid-19 supondría un tratamiento adyuvante? ¿Cuál sería el momento de administración más adecuado?

R. En caso de confirmarse la utilidad de administrar 10.000 UI de vitamina D a pacientes con neumonía por covid-19, la estrategia sería determinar, primero, si existe deficiencia y, en ese caso, administrar y mantener el tratamiento con estas dosis durante 14 días.

P. Se ha encontrado también una asociación entre deficiencia de vitamina D y mayor positividad de la infección por SARS-CoV-2. ¿Se sugiere, en este caso, como medida preventiva en población infantil o anciana, por ejemplo?

R. El estudio no intenta explorar este aspecto. Según la SEIOMM los requerimientos de vitamina D en las diversas situaciones vitales son: niños y adolescentes: 400-600 UI/ día; postmenopausia: 600-800 UI/ día; ancianos: 800-1000 UI/ día; pacientes con osteoporosis: 800-1000 UI/ día; pacientes con fractura: 800-1000 UI/ día. Sobre la base de la alta prevalencia de deficiencia grave de vitamina D en los pacientes con fractura osteoporótica de la cadera, es aconsejable realizar una determinación de los niveles de vitamina D y, cuando no fuera posible, el uso de dosis superiores y en Pacientes que reciben corticoides: 800-1000 UI/ día.

El cribado universal de la vitamina D no está indicado en la población general; tiene interés en grupos de riesgo

El cribado universal de vitamina D no está indicado en la población general; tan solo debe realizarse en la que se considera de riesgo. No obstante, a tenor de las experiencias que se van incorporando al conocimiento de esta deficiencia, habrá que ir añadiendo otros grupos de riesgo o pacientes en estudio por otras entidades nosológicas de las que aún se carece de experiencia de alta calidad, como son los pacientes infectados por SARS-COV2.

En: https://www.diariomedico.com/medicina/medicina-interna/la-vitamina-d3-potencial-cerco-al-dano-inflamatorio-de-la-covid-19.html