Por Pablo Hernández Mares

Si bien algunas variantes han demostrado mayor capacidad de transmisión, conocidas en este momento como variantes de preocupación, no son más agresivas o más graves; el impacto que pueden tener en la reinfección y en la evasión de la respuesta inmune todavía debe ser establecido, dijo Jairo Méndez Rico, virólogo y asesor en enfermedades virales emergentes en la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Las cuatro variantes de preocupación que se han detectado en las Américas incluyen: B 1.1.7, identificada originalmente en Reino Unido; B.1.351, identificada originalmente en Sudáfrica; P.1 originalmente en Brasil/Japón y B.1.617, identificada en la India.

Recientemente clasificada como variante de preocupación y de interés global, la variante B.1.617 ya reporta 8 casos en la región. «Uno detectado en el estado de San Luis Potosí, en México, del que no es muy claro el historial de viaje, está todavía en investigación, un caso se detectó en la Ciudad de Panamá, en el aeropuerto, en un viajero regresando de la India, dos casos en Argentina, con dos viajeros que regresaban de Europa, un caso en Aruba, otro en Guadalupe, detectado en marzo, y en San Martín también dos viajeros, uno indio y otro estadounidense», informó el especialista.

Méndez reiteró que solo hay un tipo del virus de SARS-CoV-2 y que las mutaciones que dan origen a las variantes son procesos de evolución y adaptación que se esperaba ocurrieran en este caso.

Por lo anterior, detener la transmisión, independientemente de cualquier variante, es la única manera de evitar que sigan apareciendo estas variantes, por lo que deben mantenerse todas las medidas de salud pública, como el uso de la mascarilla y el distanciamiento social, para evitar que el virus se siga transmitiendo, sin descuidar la vigilancia tanto genómica como epidemiológica.

En ese sentido, el Dr. Sylvain Aldighieri, director adjunto de Emergencias y gerente de incidente para COVID-19 de la OPS, mencionó que uno de los objetivos es elevar la capacidad que tienen los países para hacer secuenciación de los virus: «Hay capacidad existente en nuestra región, ya que desde hace más de 10 años los laboratorios de virología hacen secuenciación de virus o de bacterias; se empezó con el cólera, el chikungunya, el zika, la fiebre amarilla y los virus de la influenza, y ahora impera el SARS-CoV-2, el agente de la COVID-19».

«Más importante que saber si hay una nueva variante de circulación en el país, en caso de tener una muestra positiva, es tratarla con la manera más sencilla, con metodología no farmacológica, aislamiento social, identificación de los contactos que podrían haberse contagiado y el reporte a las autoridades epidemiológicas», destacó Fernando Motta, Ph. D., de la Fundação Oswaldo Cruz (Fiocruz), en Río de Janeiro, Brasil.

Motta resaltó que lógicamente no es posible hacer la secuenciación de todas las muestras que llegan a los laboratorios, «hay que tener representatividad y para esto lo mejor es que los institutos trabajen en conjunto con expertos en estadística, porque ellos pueden indicar los números necesarios para que se tenga representación; asimismo, son capaces de señalar si con una cantidad más pequeña sería posible secuenciar todas las muestras presentes en la comunidad», destacando que este coronavirus es el virus más estudiado y secuenciado en la historia de la humanidad.

Asimismo, contar con distintas vacunas que, en conjunto con las medidas no farmacológicas, son el arma más potente para derrotar al virus, no significan «un pasaporte para la libertad que teníamos tiempo atrás, por lo que no se deben descuidar las medidas preventivas».

Por su parte, Méndez Rico indicó que hasta el momento no hay evidencia para inferir que las vacunas existentes no protegen contra alguna de las variantes que están circulando. «Los estudios que se han hecho permiten pensar que las vacunas aprobadas para uso de emergencia por la Organización Mundial de la Salud están funcionando para todas las variantes», señaló.

Asimismo, el experto alertó que la utilización de denominaciones como linaje, variante, cepa o genotipos de manera casi indistinta, pueden llegar a causar confusión, por lo que en este momento el término más usado es variante.

Cuanto más se transmite el virus hay más oportunidades de generar variantes. «En el día a día saber cuál variante es la que circula no debería cambiarnos la vida, ya que de hecho, para nosotros no existe ningún cambio en las medidas de protección, pues independientemente de la variante, las medidas de control de salud pública siguen siendo las mismas», aseveró Méndez Rico.

En México, el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) ha hecho un trabajo de secuenciación que permite identificar por lo menos 10 variantes diferentes.

«Dentro de estas variantes hay una en particular, que ha crecido, y por lo menos en la Ciudad de México ha empezado a desplazar a otras que circulan en el país: la B.519, que se puede clasificar como una variante de interés, puesto que es la que se ha vuelto predominante, aunque no tiene ningún rasgo que nos haga pensar que es más agresiva», concluyó Méndez.

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