Damian McNamara

Un antecedente de degeneración macular relacionada con edad, trombocitopenia, trombosis o hemorragia conlleva más riesgo de morbilidad y mortalidad por COVID-19, señalan nuevos datos.[1

Los hallazgos surgen de la investigación dirigida a descubrir formas específicas en que la desregulación inmunitaria contribuye a la COVID-19 más grave. Este análisis más profundo de los mecanismos subyacentes a desenlaces clínicos más desfavorables implica diferencias en los componentes del complemento y la coagulación del sistema inmunitario, los cuales intervienen en la inflamación.


Sagi Shapira, Ph. D.

«En este caso, al parecer al menos en parte el SARS-CoV-2 compromete las cascadas del complemento y de la coagulación, de cuyos detalles moleculares tenemos algunos indicios y se están investigando activamente, que a su vez dan lugar a que nuestro sistema inmunitario se vuelva en nuestra contra», indicó a Medscape Noticias Médicas el coautor sénior principal, Sagi Shapira, Ph. D., profesor adjunto de biología de sistemas (en microbiología e inmunología) en la Columbia University, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.

El autor principal, Vijendra Ramlall, del Departamento de Informática Biomédica y el Departamento de Fisiología y Biofísica Celular, y sus colaboradores, publicaron sus hallazgos el 3 de agosto en la versión electrónica de Nature Medicine.

Los investigadores evaluaron 11.116 pacientes con infección sospechada por SARS-CoV-2 en un estudio observacional retrospectivo. Los pacientes acudieron al New York-Presbyterian/Columbia University Irving Medical Center entre el 1 de febrero y el 25 de abril. Un total de 6.398 (58%) resultó positivo en las pruebas.

La media de edad de los participantes era de 52 años, y 45% del género masculino. Casi 27% tenía arteriopatía coronaria; 13% padecía diabetes de tipo 2 y 12% tenía obesidad. Un total de 88 pacientes tenía antecedente de degeneración macular; 4 trastornos de deficiencia del complemento, y 1.179 presentaban trastornos de la coagulación. Los investigadores consideraron un antecedente de degeneración macular como indicador de trastornos de activación del complemento.

Hallazgos clave

Los riesgos asociados con degeneración macular y trastornos de la coagulación, incluida la ventilación mecánica y la muerte, fueron independientes de edad, género o antecedente de tabaquismo.

«Notablemente, no encontramos datos de que el antecedente de tabaquismo (pasado o activo) fuera un factor de riesgo significativo para la ventilación mecánica o mortalidad», señalaron los investigadores.

Entre los participantes con antecedente de degeneración macular, 14 fueron intubados y 22 fallecieron.

Shapira y sus colaboradores también realizaron caracterización genética transcripcional. Este análisis reveló respuestas inflamatorias mediadas por interferón de tipo 1 e interleucina-6 que intervienen en las vías del complemento y la coagulación.

Asimismo, los investigadores identificaron variantes genéticas potenciales en estas vías asociadas con la COVID-19 más grave. Los hallazgos genéticos requerirán más investigación para confirmarse, señalaron.

¿Un panorama más amplio?

Este no es el primer estudio en vincular la desregulación y la variación genética en las vías del complemento y la coagulación con la infección vírica. Por ejemplo, hallazgos similares en la infección por el virus del dengue se correlacionan con la enfermedad más grave. Esto indica que «las disfunciones del complemento y la coagulación pueden representar factores de riesgo para una amplia diversidad de patógenos», destacaron.

«En términos más generales, creo que estamos preparados para apuntalar el modelo que hemos desarrollado (que combina biología estructural, enfoques analíticos en las historias clínicas electrónicas y genómica) para descubrir las características biológicas fundamentales, así como fisiopatológicas subyacentes que contribuyen a la morbilidad y la mortalidad asociadas con otras enfermedades infecciosas», destacó Shapira.

Pese a los avances, Shapira advirtió que sigue siendo prematuro modificar la práctica clínica. «Aunque hay indicios de que los tratamientos existentes dirigidos al complemento y la coagulación pueden ofrecer perspectivas favorables para los pacientes con COVID-19, esos estudios se encuentran en las fases iniciales. Lamentablemente, no estamos en el punto en que los resultados influirían en la norma de tratamiento».

Mientras tanto, «la principal fortaleza de los médicos aquí es la prevención. En otras palabras, tener presentes los trastornos concomitantes de sus pacientes, hablar con ellos y alentar a los que tienen factores de riesgo notables, incluidas coagulopatías y disfunciones del complemento, a tener especial cuidado».

«Una vez infectados por el SARS-CoV-2, esos pacientes con antecedentes de disfunciones del complemento y de la coagulación pueden ser elegibles para inmunoterapias», mencionó Shapira.

En estudios clínicos se está explorando el potencial terapéutico de fármacos existentes que se dirigen a las vías del complemento y la coagulación, dijo Shapira. «Estamos ansiosos de ver si podemos convertir lo que hemos aprendido en un tratamiento valioso».

¿Hallazgos complementarios?

«No creo que tenga particular impacto», comentó a Medscape Noticias Médicas Benjamin tenOever, Ph. D., profesor de microbiología en la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, en Nueva York, Estados Unidos, cuando se le solicitó un comentario sobre el estudio.

«Todos estos hallazgos fueron bien comunicados antes de esta publicación. Hemos sabido sobre el complemento y la coagulación en respuesta al SARS-CoV-2 desde mayo», añadió tenOever, autor principal de un estudio publicado en línea el 28 de mayo en la revista científica Cell, en el que se abordaron las respuestas desequilibradas del hospedero y su vinculación con la aparición de COVID-19.[2

Shapira respondió que aunque el estudio de Nature Medicine revisado por pares fue publicado en versión digital el 3 de agosto, la preimpresión del estudio fue publicado a principios de mayo.] También puntualizó que la participación de las funciones del complemento y la coagulación en las infecciones por coronavirus se conocían en estudios realizados en animales de pequeñas especies y en investigación efectuada en humanos en que se exploró la infección por SARS-CoV-1 y MERS-Co-V, «mucho antes de que comenzara esta pandemia».