Matías A. Loewy

 Las infecciones por SARS-CoV-2 podrían seguir un patrón estacional, con más contagios durante los meses de frío en aquellas regiones de clima templado, reconoció por primera vez la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aunque otros expertos manifestaron sus reservas.

«En áreas con climas templados, en Norteamérica y en Sudamérica, el clima invernal parece estar asociado con incremento en la incidencia de COVID-19, aunque necesitamos varias temporadas de observación para establecer si este patrón se establecerá claramente como una estacionalidad», señaló este miércoles 26 el Dr. Sylvain Aldighieri, comandante de incidente para COVID-19 de la OPS. 

El Dr. Aldighieiri añadió que, si se confirmara esta estacionalidad de COVID-19, habría que ver si está en sintonía con otras enfermedades respiratorias agudas, como la gripe, lo que plantea como reto principal «la carga conjunta que podríamos observar en el periodo de invierno en los servicios de salud, tanto ambulatorios como cuidados intensivos».

Xavier Rodó, Ph.D

«El hecho de si SARS-CoV-2 se comportaba de un modo parecido a otros virus respiratorios era una pregunta controvertida que creemos honestamente que se ha ido resolviendo a lo largo del tiempo. Cada vez más resultados y dinámicas que vamos viendo en el mundo indican que el virus encuentra condiciones óptimas de propagación a temperaturas y humedades relativas bajas, aunque hay que entender que esta facilitación climática se monta sobre la dinámica humana de transmisión, que es prioritaria en este tipo de virus», dijo a Medscape en español el ecólogo y climatólogo Xavier Rodó, Ph.D,. director del programa de Clima y Salud del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en Barcelona, España.

Según Rodó, quien lideró un trabajo reciente sobre el rol del clima en la modulación de la transmisión de SARS-CoV-2 durante las olas pandémicas en ambos hemisferios, la disparada de contagios por ómicron en pleno verano austral puede explicarse por la alta transmisibilidad de esa variante y la aglomeración de personas, pero no contradice la tendencia global que muestra una «coherencia estadística» entre la mayor propagación viral y situaciones de disminución de la temperatura y la humedad.

Más reservas

Pero otros expertos muestran sus reservas sobre la cuestión. «Todavía no se puede dar una respuesta por sí o por no” respecto de la estacionalidad de COVID-19, señaló a Medscape en español Pablo Murcia, Ph.D., un virólogo argentino que trabaja en University of Glasgow Centre for Virus Research, en Glasgow, Escocia, Reino Unido.

«No creo que haya datos concluyentes para afirmar que SARS-CoV-2 es o será un virus de invierno. Por ejemplo, si tomamos como referencia el aumento de número de casos en Argentina, donde están en pleno verano, la evidencia indica que este virus aún no ha alcanzado esa estacionalidad. Por otro lado, los otros coronavirus respiratorios que circulan en humanos son claramente estacionales, y si uno se guía por ese hecho podría esperar que SARS-CoV-2 se convierta con el tiempo en un virus estacional», puntualizó Murcia.

Murcia agregó que la cobertura de vacunación y las medidas no farmacológicas para controlar la pandemia tendrán un papel importante con respecto a la epidemiologia futura del virus.

Mauro Infantino, ingeniero en sistemas, analista de los datos de la pandemia y creador del sitio COVID STATS para facilitar el acceso a las estadísticas oficiales sobre COVID-19 de Argentina, Colombia, México y Perú, cree que todavía no existe un patrón de la enfermedad como ocurre con otras porque hay cambios constantes en distintos factores, como las intervenciones no farmacéuticas, la cobertura de vacunación y la aparición de variantes.

«La OPS lo pone todo muy en potencial porque la evidencia tampoco es contundente. Falta un poco de equilibrio en todo este lío. Lo que no termina de sorprenderme, por ejemplo, es la similitud de las curvas de Argentina con las de Colombia y ahí los climas son bien distintos», dijo Infantino a Medscape en español.

El Dr. Aldighieri aclaró que, en áreas tropicales y subtropicales, es más difícil establecer patrones estacionales de transmisión de los virus respiratorios y los rebrotes son posibles a lo largo del año.

Y otros especialistas avizoran la estacionalidad de COVID-19 más en el futuro cercano que en el presente.

«Todo puede ocurrir, pero lo más probable es que el virus se quede de forma estacional como ocurre con la influenza. Si las predicciones son correctas, varias regiones del mundo pasarán a la fase endémica en pocos meses», tuiteó este martes 25 el Dr. Alejandro Macías Hernández, infectólogo y catedrático encargado del Área de Microbiología y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Guanajuato, en León, México.

Dra. Leda Guzzi.

Por el momento el virus SARS-CoV-2 no ha mostrado una tendencia estacional invernal y las olas se han presentado en cualquier momento del año, en ambos hemisferios, dijo a Medscape en español la Dra. Leda Guzzi, infectóloga del Hospital y Maternidad Santa Rosa, en Florida, Gran Buenos Aires, y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

«Sin embargo, es probable que, como todo virus respiratorio, tienda con el correr del tiempo a una cierta estacionalidad en épocas

invernales en donde las condiciones climáticas se vuelven favorables para la transmisión en tanto y en cuanto las actividades humanas se llevan a cabo predominantemente en espacios cerrados y las personas tienden estar más próximas y en espacios menos ventilados», precisó la Dra. Guzzi.

Y añadió: «Sin embargo, para que esto suceda, la dinámica viral debe evolucionar de la actual pandemia a una endemia con casos previsibles en cada temporada. Y por el momento creo que estamos lejos de eso».