25 de junio de 2020

CIUDAD DE MÉXICO, MEX. Con casi la mitad de los casos mundiales de COVID-19 presentes en la región de las Américas, los países miembros deberán considerar las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) si desean reanudar el turismo y los viajes internacionales no esenciales, se anunció en la sesión informativa semanal del 24 de junio.

Estados Unidos y Brasil conforman 76% de todos los casos y 76% de todas las muertes reportadas actualmente en la región.

«Aunque nos regocijamos cuando un país aplana con éxito su curva epidémica de COVID-19, el riesgo de resurgimiento siempre se mantendrá, a menos que reduzcamos la situación a nivel resurgimiento siempre se mantendrá, a menos que reduzcamos la situación a nivel regional y mundial», indicó la Dra. Carissa F. Etienne, directora de la OPS, durante la sesión.

Ante esta situación el Dr. Ciro Ugarte, director del Departamento de Preparación para Emergencias y Desastres de la OPS, anunció que los organismos mencionados trabajan en un documento que se publicará en breve y detallará las recomendaciones para reanudar el tráfico internacional no esencial, particularmente en condiciones de incremento de casos en varios países.

«Estamos viendo que países que habían controlado la enfermedad pueden presentar rebrotes al interior e inclusive podrían generar un segundo pico de la enfermedad, a veces más alto que los anteriores», comentó el Dr. Ugarte.

El punto más importante que el documento destacará es que no existe riesgo cero. Siempre hay riesgo de contagio y la decisión sobre la regulación del tráfico no esencial deberá tomarse desde la perspectiva del manejo de ese riesgo. «En el momento actual no existe ninguna herramienta ni de diagnóstico, ni de filtros epidemiológicos que nos permita adoptar un criterio de quiénes pueden subir a un avión o no», añadió el Dr. Ugarte.

Otro punto importante que las autoridades nacionales deberán valorar es cuándo, cómo y desde dónde reanudar el tráfico, y eso será considerando la capacidad de cada país para manejar el flujo de viajeros y su seguimiento, una vez que hayan ingresado al país.

Los gobiernos deberán evaluar si sus servicios de salud tienen la capacidad para brindar atención a los casos importados que seguramente van a aparecer. «En países que dependen en gran medida del turismo, reanudar los viajes internacionales no esenciales por vía aérea y marítima implicará la implementación de medidas en los puntos de entrada y en las industrias hoteleras. 

Estas medidas deben tomarse con base en evidencia científica global, regional y nacional, así como en la capacidad del sistema nacional de salud», destacó la Dra. Etienne.

Al respecto, una herramienta de detección con que los gobiernos están contando es la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Sin embargo, el Dr. Sylvain Aldighieri, gerente de incidente para COVID-19, destacó que las pruebas no son una medida totalmente confiable. «El que la prueba salga negativa o positiva se relaciona con el momento en que se realizó. Si la persona toma la prueba una semana antes de viajar y sale negativa, aún puede tener la enfermedad. Este es uno de los criterios que se están evaluando, y tendremos que analizarlo con mucho cuidado».

Mientras tanto, los países de la región continúan adoptando medidas restrictivas y relajando, a la par, las reglas de confinamiento interno para liberar la economía.[1] Ante este escenario, los contextos global y nacional son primordiales en la toma de decisiones. «Seamos realistas, las Américas no son un país, una ciudad o un pueblo; nos enfrentamos a lo que hemos descrito como un mosaico de escenarios, incluso dentro de los países, lo que significa que estos deben ejercer flexibilidad para ajustar las medidas en cualquier dirección, y eso debería depender del escenario de transmisión y de los datos sanitarios, económicos y sociológicos disponibles», puntualizó la Dra. Etienne.

La recomendación de la OPS es que el gasto en salud pública conforme al menos 6% del producto interno bruto de cada país, con una inversión de hasta 30% dirigida al primer nivel de atención en salud pública.

«Debemos continuar fortaleciendo nuestros sistemas de salud, ya que son nuestras defensas más fuertes contra COVID-19 hoy y en el futuro», concluyó la Dra. Etienne.


En: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5905604