Por: Elías El Hage

No era la primera vez que un grupo de médicos y personal de salud visitaban esta casi impenetrable zona al este de Venezuela, lugar donde el caudaloso Orinoco abandona sus aguas en el Océano Atlántico y hogar de la segunda comunidad indígena con mayor población de Venezuela, los Waraos. Esta “gente de las tierras bajas” o “gente de las canoas”, son una etnia que ha estado habitando el oriente del país desde hace aproximadamente 9.000 años y hoy cuenta con cerca de 48 mil personas según el censo de 2011. Esta población ha vivido en el olvido y estar en contacto con este grupo de profesionales de la salud reafirmó su problemática. 

En el año 2007 la Cruz Roja venezolana identificó los primeros casos de infección por VIH y se piensa que el virus fue introducido por un migrante que regresó a su comunidad luego de buscar trabajo en ciudades lejanas. 

Un estudio publicado en 2013 por el Dr. Julián Villalba y colaboradores, advirtió sobre una epidemia creciente. La investigación reveló que casi el 10% de los adultos que vivían en ocho aldeas de la etnia, dieron positivo en las pruebas de VIH; un dato que, según los especialistas, constituye “una alta prevalencia”.

Grupo de médicos realiza prueba rápida de VIH a un bebé de 3 meses en una comunidad cercana a San Francisco de Guayo

En vista de la necesidad de reevaluar la situación en la región, a finales del mes de octubre de 2019, se realizaron jornadas de salud integral donde participaron organizaciones nacionales e internacionales como ONUSIDA, UNICEF, OPS y Sociedad Venezolana de Infectología, con el apoyo de la Dirección Regional de Salud, Programa Nacional de ITS/Sida y el MPPS, que incluía la realización pruebas rápidas para VIH para conocer la prevalencia de esta infección en tres poblaciones del municipio Antonio Díaz: San Francisco de Guayo, Jobure de Guayo y Murako. 

Se realizaron pruebas de forma confidencial y voluntaria a varios miembros de la comunidad Warao, entre los que se encontraron mujeres embarazadas, niños y adolescentes, arrojando una prevalencia cercana al 3%, un valor que se encuentra por debajo del estudio anterior. Sin embargo, continúa siendo un cifra elevada representando un problema de salud que requiere de la atención de las diferentes instancias competentes. Quienes fueron diagnosticados, de forma inmediata, se les indicó Terapia Antiretroviral de inicio, sin embargo, continúa siendo complicado mantener la continuidad de la distribución del medicamento considerando el difícil acceso a esta zona por la restricción de los viajes a embarcaciones y el ineficiente suministro de combustible.

Esto es un problema de salud pública donde además, hay que considerar otros factores que están implicados como la situación económica, cultural, política y geográfica. Incluso en las mejores circunstancias, sería difícil controlar la propagación de esa enfermedad en esta zona aislada y pobre, para lograr soluciones efectivas y sostenibles en el tiempo, evitando la desaparición de esta comunidad originaria.