Pocos piensan en la sífilis cuando tienen sexo sin protección. Como el número de contagiados aumenta, así como quienes contraen VIH y sífilis al mismo tiempo, tal vez sería buena idea pensarlo dos veces y protegerse.
Sífilis, clamidia, gonorrea y tricomoniasis son algunas de las llamadas enfermedades de transmisión sexual (ETS) más recurrentes. En 2016, a diario, un millón de personas contraía al menos una de estas enfermedades, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Incluso la sífilis está volviendo con fuerza, y está muy lejos de ser una enfermedad derrotada.
La medicina ha logrado avances notables en el tratamiento del VIH en los últimos años. Las personas que toman la llamada profilaxis de predisposición (PrEP) tienen una protección del 90 por ciento contra el virus. Esto es especialmente útil para aquellos que tienen un alto riesgo de contraer el mal, como quienes tienen relaciones sexuales con distintas personas o drogadictos que usan jeringas.
Las personas infectadas con VIH que se ciñen estrictamente a sus terapias con antirretrovirales suelen tener una carga viral tan baja que ya no contagian el mal, lo que ha hecho que este pierda buena parte del horror que provocaba hace un par de décadas. Por ello hoy muchos se preguntan para qué usar condón, lo que ha llevado a que cada vez más personas tengan relaciones sexuales sin protección.
El problema es que no existe solamente el VIH en el mundo de las enfermedades sexuales. El riesgo de contraer otros males aumenta ante el descuido, advierte Norbert Brockmeyer, director del Centro Alemán para la Salud Sexual, quien esta semana discutió en Vancouver (Canadá) con otros colegas sobre el aumento sostenido que han mostrado distintas enfermedades de transmisión sexual.
«El tratamiento, que por un lado significa alivio para quienes portan el VIH, por otro impulsó al alza la presencia de otras ETS. Esto es similar a lo que ocurrió en los 70 del siglo pasado con la aparición de la píldora anticonceptiva, que llevó a la gente a dejar de usar condones. También entonces vimos un fuerte incremento de las enfermedades de transmisión sexual, especialmente de sífilis».
La sífilis está lejos de ser una enfermedad del pasado. Sus síntomas son numerosos, lo que dificulta su temprana detección, un escenario al que las varias etapas del mal ayuda poco. De no ser tratada adecuadamente, la enfermedad puede ser mortal. Y en el caso de una doble infección de VIH y sífilis, el peligro de sufrir consecuencias graves aumenta. Lo bueno es que la sífilis puede tratarse con antibióticos. El requisito, claro, es que sea detectada a tiempo.
El número de pacientes que están infectados con el VIH y la sífilis ha aumentado fuertemente en los últimos años. Las personas que portan el patógeno de la sífilis –la bacteria Treponema pallidum– corren más riesgo de ser infectadas por el VIH, y las personas que padecen ambos males fallecen con mayor rapidez. Los hombres que tienen sexo con otros hombres son quienes se ven mayormente afectados por esta combinación.
La infección siempre provoca inflamación, explica Brockmeyer. «Estas inflamaciones activan las células de defensa”, explica. «Éstas acumulan receptores en su superficie celular, a las que se unen los virus de inmunodeficiencia humana”, detalla. Patógenos individuales, precisamente como la sífilis y el VIH, pueden también interactuar a nivel celular.
Las drogas no juegan un papel en esta historia. «Distintas sustancias juegan un rol importante para distintas personas en la experiencia sexual. El consumo de drogas puede aumentar el número de relaciones sexuales. Pero el efecto de excitación por los estupefacientes se pierde con el tiempo y para repetirlo se hace necesario acudir a dosis más altas. Esto produce un efecto espiral donde el mayor consumo lleva a mayores descuidos en la prevención, es una historia sin fin”, explica el médico.
Hay distintos tipos de agentes infecciosos. Unos parecen producir cambios en el tejido nervioso y en el cerebro. Los científicos creen que las personas infectadas con el VIH pueden sufrir mayores complicaciones neurológicas si contraen sífilis.
También se tornan más habituales las infecciones oculares, explica Brockmeyer. «Las personas infectadas con VIH deben someterse a exámenes para saber qué otros patógenos están presentes en su organismo y así poder tratarlos de forma más eficiente”, aconseja el especialista.
La mejora de las terapias es un tema recurrente en la investigación del VIH/sida y también para el tratamiento de otras enfermedades de transmisión sexual. «Una pregunta clave es cómo podemos lograr la curación total, cómo se ve la perspectiva de una vacuna y cómo podemos eliminar del todo el VIH”, dice Brockmeyer. Esos son algunos de los temas que se discutirán en la Conferencia Internacional sobre el Sida, que tendrá lugar en México entre el 21 y el 24 de julio de 2019.
En: https://www.dw.com/es/s%C3%ADfilis-y-vih-un-peligro-que-ataca-en-pareja/a-49668316