Fumar representa una grave amenaza para la salud y la longevidad de las personas que viven con el virus.

Por Benjamin Ryan

En un pequeño estudio para dejar de fumar de personas con VIH, un tercio de los participantes que regresaron para una visita de seguimiento se abstuvieron de nicotina en ese momento, informa el Proyecto Nacional de Defensa del Tratamiento del SIDA (NATAP).

El estudio se realizó en la División de Enfermedades Infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Duke y en el Centro Duke para dejar de fumar. Los hallazgos se presentaron en la Conferencia Internacional sobre el SIDA (SIDA 2020), que se celebró prácticamente la semana pasada.

Los investigadores idearon un protocolo para dejar de fumar en diciembre de 2017 y lo incorporaron a la atención que brindaba en la clínica de VIH de Duke.

El programa en curso incluye medio día por semana de tratamiento intensivo para dejar de fumar cara a cara. Los médicos de enfermedades infecciosas remiten a los fumadores VIH positivos al programa. Los fumadores proceden de una a seis visitas con un proveedor de atención médica del centro para dejar de fumar, así como con un terapeuta conductual de la clínica de VIH.

A los participantes se les ofrece terapia de reemplazo de nicotina o medicamentos orales, incluidos Chantix (vareniclina), Wellbutrin (bupropion) y Catapres (clonidina).

El terapeuta conductual brinda terapia cognitiva conductual, terapia de entrevistas motivadoras y seguimiento por teléfono.

El inicio de la epidemia de COVID-19 en marzo llevó al programa a cambiar a un enfoque totalmente basado en la telemedicina.

Cuatrocientos fumadores VIH positivos fueron remitidos al programa para dejar de fumar. Sesenta y dos (16%) de ellos hicieron al menos una visita al programa.

Entre los que asistieron a esa visita inicial, la edad promedio era de 50 años. El setenta y cuatro por ciento eran hombres y el 56% eran negros. El 52% usaba seguro público, el 29% tenía seguro privado y el 19% no tenía seguro. El noventa y tres por ciento tenía un recuento de CD4 superior a 200, y el 87% tenía una carga viral indetectable.

Al ingresar al programa, los participantes fumaron un promedio de 16 cigarrillos por día y habían fumado un promedio de un paquete por día durante 25 años. Una prueba indicó que los participantes tenían un nivel moderado de dependencia de los cigarrillos.

Treinta y dos (52%) personas del grupo inicial de 62 participantes completaron al menos una visita de seguimiento. Entre ese grupo, una prueba de aliento indicó que el 37% estaba sin cigarrillos.

Esta tasa se compara con una tasa de abandono del 12% observada con líneas para dejar de fumar, del 10% al 12% con programas para dejar de fumar dirigidos por un proveedor médico y del 5% entre aquellos que intentan dejar de fumar por su cuenta.

Los investigadores señalaron que será importante evaluar los efectos del cambio a la telemedicina y si eso afectará la inscripción y el cumplimiento.


En: https://www.poz.com/article/Duke-Smoking